Cómo enseña un profesor en cuarentena
- IE Santo Tomas de Aquino
- 7 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 9 abr 2020

"La verdadera educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo"
Sobre nuestra plataforma de aprendizaje
Una pandemia sacude al mundo. El covid-19 convirtió el contacto físico con las personas en un arma mortal. La crisis social que está provocando es generalizada: el cambio se instaló en la economía, la salud, la política, la escuela, la familia y, por supuesto, en lo más íntimo del ser humano.
Las escuelas cierran para evitar el contagio del virus. Los profesores, llenos de incertidumbre y desconocimiento, piensan cómo se dictarán las clases. Frente a esta crisis, el docente se hace muchas preguntas: cómo hacer, qué hacer, por dónde empezar, cómo evaluar, cómo corregir, cómo organizar las competencias… Y tantas preguntas más.
Entonces, las respuestas comienzan a aparecer: se filman millones de videos, se mandan trabajos por WhatsApp y se espera el resultado. Cuando esos trabajos vuelven comienza otro desafío, pues son cientos de archivos que se tienen que abrir, leer, evaluar, guardar y reenviar.
Por otro lado, están los padres. Algunos no quieren que sus hijos tengan demasiada tarea; en cambio, otros quieren que tengan siempre alguna tarea escolar para hacer. ¿Cómo conformar a todos?Los horarios de clases cambiaron también: los alumnos y los padres mandan mensajes constantemente, lo que obliga a los docentes a estar conectados casi las 24 horas.
En resumen, el nuevo trabajo del profesor se divide en adaptarse a trabajar desde casa, aprender nuevas herramientas digitales para aplicar a la enseñanza, emplear esas herramientas para que los alumnos aprendan las competencias, reuniones interminables con las autoridades de la institución, planificar esas clases nuevas (videos, tareas, etc.), ayudar a los alumnos con dudas o dificultades, corregir sus trabajos, sin olvidarse de los padres que demandan excelencia en la educación. Pero todo debe ser realizado con creatividad y eficiencia.
En ese escenario, el profesor sin capacitación en la didáctica digital tiene que trabajar, abrumado y agobiado por las competencias nuevas que le exige el trabajo y, por otro lado, a la adaptación del encierro obligatorio, al peligro al contagio y al miedo a la muerte propia o de algún ser querido.
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